domingo, 28 de septiembre de 2008

PORROS Y ALCOHOL

Hemos cogido el autobús 50 que nos lleva hasta Montjuic, concretamente hasta el mismo Palau Sant Jordi.

Nada más montarnos le he gastado una broma a la Ely, que no llevaba las entradas, que se me habían olvidado en casa. Al momento hemos oído una voz que decía: - “eso es lo primero que he cogido yo cuando he salido de casa” – y a continuación hemos establecido una conversación casi hasta llegar al Sant Jordi.

A medida que llegábamos a la Plaza España se iba llenando de gente goven el autobús. La Ely y yo íbamos especulando sobre si iban o no al concierto. Teníamos ciertas sospechas sobre si era si o no por la forma de vestir, pues era ¡muy pijas!

Nuestras dudas se han disipado al final, cuando quedaba una parada antes del estadio se ha bajado nuestra interlocutora y viendo que se bajaba ella (había quedado con su hermana una parada antes) “cuán borregos” se ha bajado literalmente todo el autobús, excepto una vendedora de bebidas para el concierto, el conductor y nosotras dos.

Que gente más tonta ven que una se baja y van ellos detrás. Pero eso no me ha molestado sino que mi querida sobrina también se quería bajar, por si acaso, y no me hacía caso. Así pues le ha preguntado a la vendedora de bebidas. Me ha dado rabia que desconfiase de mí joé ¡soy su tía! Y he ido a un montón de conciertos al Sant Jordi.

Una vez nos hemos apeado del autobús y entrado en el recinto, la Ely se ha comprado la gorra de Estopa (para no desentonar con los fans). Hemos encontrado el asiento, ido al lavabo… y han empezado los “porros y el alcohol.

Aparentemente parecían personas normales cuando tomamos posesión del asiento. Nos miraron con caras raras, sobretodo cuando sacamos los bocadillos para cenar (¿será que ellos no come?). No se movían del asiento apenas hablaban. Lo que sí noté es que continuamente cambiaban de asiento y pensé; “si que son gente”. Pero a medida que se acercaba la hora del concierto apareció una señora con dos adolescentes y les dijo que dónde estaban sentados eran sus asientos. Así pues tuvieron que levantarse y marcharse un pocomás lejos.

Suena la música y se apagan las luces. Ellos se transformaron. Bebidas en mano y ese olor peculiar, el del “canuto. Sus cuepos se alzaron y ya no dejaron ver el escenario. Así que me tuve que levantar yo también para ver lo que hacían aquellos dos “garrulos”.

Esas ocho personas parecían poseídas; cantaban y bailaban de una manera rara, algo anormal y no paraban de beber alcohol y fumar porros porque apestaban sus alientos. Así estuvieron durante hora y media que duró el concierto.

Uno de los poseídos el más alto y colocao me dijo que me levantara porque le sabía mal que yo estuviera sentada. Yo le comenté que no iba a levantarme que estaba bien sentada y él me dijo es que sino no vas a ver el concierto. Qué majo se interesó porque yo viese a los promotores del canuto. Digo lo de promotores porque en un intermedio animaron a los presentes a hacerse uno.

La cuestión es que no me levanté, seguí sentada y no sólo se levantó el largurucho porrero sino un flacucho drogado, el guaperas del grupo y las consortes de este trío, así pues no pude ver tres en un burro.

No me gusta Estopa pero ya que he pagado la entrada al menos quería ver algo pero con tal carne de cerdo y cerda no pude ver nada. Así que aproveché el tirón de alguna canción bailable para levantarme y ver algo, y de paso respirar algo de aire porque el que estaba respirando estaba totalmente contaminado de porro, puro y duro.

1 comentario:

lossueñosvuelan dijo...

Desde luego, te metes en cada una, jajajajaja

Mira de poner alguna foto, que te queda muy soso, veras como te cambia. Prueba, es muy facíl