Cuando me lo contó no podía creérmelo: que había dejado a su novio plantado en el altar y se había liado con el mejor amigo de éste. Parece un guión de película de comedia. Como novia a la fuga o algo así, aunque ella no se parece absolutamente en nada a Julia Roberts.
La cosa no acaba ahí, con su fantasía cinematográfica, sino que cuenta que la primera hija que tuvo con el mejor amigo del plantado en el altar no es de él sino de una tercera persona (no me quedó claro quién era o qué hacía en su vida). La cuestión es que esta tercera persona se parece a Clint Eastwood en los Puentes de Madison, no físicamente sino por la historia de amor que vivió con Meryl Street, que esta peli se asemeja a su historia (ahora ha bajado un poco el listón, ya es más real a quién puede parecerse, pero tampoco le llega a Meryl a la suela del zapato, ni en belleza, limpieza o glamour).
Vaya culebrón que tiene montado en esa cabecita “loca”. Lo digo porque para colmo aún estando casada se lía con un compañero de trabajo, 10 años más joven que ella. No tiene nada de importante este dato de la diferencia de edad, pero queda bien ponerlo… Esta nueva pero diferente infidelidad le ocasiona la separación con su marido.
Al poco tiempo deciden irse a vivir juntos el joven, ella, la hija bastarda, la legítima, el perro y los gatos, enfrente de los padres de él. Toma ya. Ahora si lo tiene un poco difícil para ponerle los cuernos, lo digo porque él está en su territorio.
Recuerdo que estando trabajando en la panadería había tonteado con un ingeniero industrial.
Lo último que se de ella es que ha sido madre por tercera vez ¿De quién? Esperemos que se parezca al padre real, cómo dice que se parece su primera hija…jejeje
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