jueves, 1 de septiembre de 2011

Por no informar

Unos se pasan y otros no llegan.
De los que se pasan me encuentro yo, y de los que no llegan mi familia al completo.
Empiezo por el final (que lo lógico sería que hubiese sido el principio).
Llamé el otro día a mi hermana mayor para informarle que yo y el Mauro habíamos pillado piojos. No dijo nada al respecto.
Al día siguiente hice la llamada de todos los días a mí madre y ésta me explica que la Luci (mi hermana mayor) le ha contado que la Elena (una amiga de mi cuñada) estuvo en contacto ella y su hijo Dani, íntimo amigo de mi sobrina Laia y esta es hija de mi cuñada,con unos rumanos y habían cogido piojos y se los habían pegado a la peque. Hasta ahí todo bien.
Lo que ocurre es que yo y mi hijo mantuvimos un estrecho roce con la niña y NADIE nos dijo lo que ocurría.
La cuestión es que al poco de sentir yo tanto picor mi madre me dice que la niña tiene piojos.
Ay madre, se enciende la alarma y le digo a mi madre que nos mire, pero no ve nada (yo estaba ya llenita de estos visitantes inesperados). La cuestión es que me miro y efectivamente estamos contagiados mi peque y yo. Lo digo en casa y los implicados hacen mutis, mi madre para quitar hielo dice que los he pillado en la piscina.
Hasta que gracias a mi hermana mayor y a la hija de ésta me entero de la verdad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A través de mis compañeros de trabajo, que comentan sobre sus niños, entiendo que el "tema piojos" está a la orden del día y que por mucho que se insista en informar en los colegios se acaban transmitiendo continuamente y que es algo "inevitable".

Aunque no es lo mismo, es como cuando yo digo que alguien "resfriado" no debería ir a trabajar aunque sólo fuera por los contagios y el respeto a los demás. A la hora de la verdad, yo soy el primero que no cojo una baja por muy resfriado que esté.

PODI-.