jueves, 5 de marzo de 2009

Hoy no ha sido mi culpa


Me he vuelto a caer y desollar las rodillas. Iba caminando por la calle Llibertat, por la carretera, pero no sé cómo, nada más pasar la obra del edificio me he subido a la acera. A pocos metros, sigo caminando, siento como algo se agarra al zapato izquierdo (llevan evillas) y ya poco he podido pensar.

Me ha ayudado un chaval, que pasaba por allí y ha visto mi aterrizaje, a levantarme, yo dolorida de mis rodillas, que me temblaban. Nos hemos dado cuenta con qué se ha quedado enganchado mi zapato y mi media (que para variar se ha hecho un pequeño agujero), pues era, nada más y nada menos, que con una valla de la obra que estaba super rota por un lado con los "hierros enmarañados"

Menudo hostión, se me ha salido el zapato, el otro, y una bolsa que llevaba en la mano ha salido volando, menos mal que no he comprado los huevos, al final.

No me caía desde el día que fui a la Maison de la France.


PD: lo que me estoy riendo recordando el tortazo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Así trabajamos en España, dejando siempre "flecos", ya sea en las vallas, en los túneles, en todo...

Son detalles a los que los trabajadores no acabamos de dar la debida importancia, detalles que pueden hacer que surjan accidentes de consideración.

podi-.

Los sueños vuelan dijo...

jajajajajaja... tia, no ganas para medias...jajajaja

Ya te veo volandoooooo...jajaja

Yo hace dias que no caígo, pero estare "al caer", por que yo también soy de las que salgo volando.

Con mí madre, nos contamos las caida que hemos tenido yendo solas y nos tronchamos de la risa, osea que imaginate cuando vamos juntas y nos caemos (a veces las dos a la vez por que vamos agarradas del brazo)