domingo, 27 de junio de 2010

Mi gran amor

Me siento tan afortunada de tenerte conmigo Mauro, de momento no puedo separarme de ti, sólo cuándo te quedas con tu papi, con nadie más (supongo que poco a poco lo iré dejando con familiares).
Hoy nos hemos echado una siesta de dos horas los dos juntos, en el sofá, tu encima de mi barriga como antes...
Te tendría todo el día en mis brazos pero sino no podría hacer nada puesto que pasamos muchas horas solos, juntos.
Después de tomar el bibi te he puesto en el moisés y has estado un buen rato hasta que has hecho popó y te he cambiado. Nos hemos venido a la que, por ahora, es nuestra habitación, estamos escuchando música y tú estás jugando con las figuritas de la hamaquita.
Te miró y me das tanta ternura y los ojos quieren llenarse de lágrimas, pero de felicidad, me embarga una gran emoción.
Sabes, por fin estoy aceptando que eres mío, que no como dice tu papi eres un sobrino al que he de llevar de nuevo con sus padres. No tú eres mío no tienes que irte con nadie sino quedarte conmigo para que yo sea quién te cuide.
Hoy hemos hecho los ejercicios y por primera vez has levantado muy bien la cabeza boca abajo, te he grabado en vídeo para que lo veo tu papi.
El resto del día lo has pasado durmiendo.
Te quiero mucho Mauro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace unos días leí que...:

En tiempos ancestrales, como las mamás habían perdido el pelo corporal y "las crías" no podían asirse a su cuerpo, las mamás habían detectado que sosteniendo a sus bebés con el brazo izquierdo éstos estaban más tranquilos que si lo hacían con el derecho.

El hecho es que al sostenerlos con el izquierdo, los bebés descansan su cabeza más cerca del corazón de la madre y se quedan más tranquilos. De esta forma, el brazo derecho de la madre queda libre y se "perfecciona", con el transcurso de las generaciones y la selección natural y todo eso, en manipular cosas y objectos.

El 90 por ciento de la población es diestra.

En otras especies de primates, el bebé se "adhiere" a la madre por donde mejor puede (a través del pelo corporal, por ejemplo). En ellos no se detecta que haya zurdos o diestros.

PODI-.